martes, 18 de febrero de 2014

"Hubo días en los que apenas pensé en ti y días en los que hubiera dado un brazo por un minuto contigo.
Días de frío y de lluvia, y de sol.
De pasar por tu casa y de dar un rodeo para no rozarla.
De buscarte entre la gente y de esconderme de ti.
Hubo fechas señaladas y fechas olvidadas.
Casualidades que fueron lo menos casual de vuestras vidas.
Hubo medias risas al oír hablar de tus historias que decaían cuando me daba cuenta de que ya no estabas y mordiscos de labios para no decir tu nombre.
Hubo noticias que me paralizaron y otras que sin saberlo ya me las esperaba.
Hubo muchos “me asusta y a la vez quiero que pase”
Hubo amigos del alma que no estuvieron ahí y gente que apareció de la nada como enviados por alguien para cuidar de mi.
Hubo encuentros con dolor de estómago y otros en los que me hubiera quedado a vivir.
Hubo días que deseé morirme y días en que la vida me aún pareció mejor que las películas.
Días sin respuestas y días sin preguntas.
De vivir y de sobrevivir.
Hubo algo de pasión, pero también ganas de nadie que no fueras tú.
Móviles apagados y teclas que ardían para que te escribiera.
Hubo noches perfectas que acababan mal cuando tocaba irse a dormir.
Canciones nuevas y tus viejas canciones.
Paseos bajo la lluvia por si aparecías y noches en otras ciudades sólo para no encontrarte.
Hubo sorpresas, certezas, esperanza, pena.
Transición.
Hubo días malos y buenos, pero todos sirvieron
para entender que nunca volverás, y, que aún así, puedo ser feliz"

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