miércoles, 30 de octubre de 2013

Podría tener tu cuerpo pero...ese intangible e indefinible destello que eres tú.
Bueno, esa tú que yo nunca sabré conocer.
Esa es, sin embargo, la tú que precisamente quiero.
Todo lo que podría pedirte y querría es el fragmento de un momento.
Para tenerte, no por la fuerza, sino simplemente por tu propia decisión, de que así quieres que sea.
Para ver en tus ojos la verdad, de que te entregas a mi libremente.

Y yo a cambio te daré, lo que más ansias: tu libertad.
Libertad total y pura.
La libertad de la servidumbre de la vida cotidiana; libertad como un ideal abstracto; te dejaré libre del dolor; libre de la responsabilidad; libre de la culpa; del lamento; libre de la tristeza y de la felicidad; libre de la pérdida; libre para que simplemente seas feliz.
Sólo te pido que, por favor, no cierres los ojos.

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