"He estado intentando
convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se le puede
hacer. Puede resultar doloroso, pero no tiene que ser una tragedia. Si
uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo.
Evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado, a las
antiguas opiniones de uno mismo. Cada día debería tener al menos una
infidelidad esencial, una traición necesaria. Se trataría de un acto
optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro. Una
afirmación de que las cosas pueden ser, no sólo diferentes, sino
mejores."
Como siempre Teresa tiene razón.
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